LOS ANTIGUOS NOTARON QUE LOS MITOS QUE DABAN CUENTA DEL MUNDO, PODÍAN DECIRLES QUE UN RAYO PROVENÍA DE LA FURIA DE ZEUS, PERO NO SABÍAN QUE ERA ESE RAYO. NO PODÍAN COMPRENDER A LA TORMENTA.
ALGUNOS TRATARON DE BUSCAR EL “ORIGEN” (ARKHÉ) EN EL AGUA, EN EL FUEGO, EL APEIRON, EL PNEUMA, Y ASÍ SE FUE PASANDO DEL MITO AL LOGOS.
ALGUNO SE DIO CUENTA QUE TODO ERA, TODO “ES”.
Y ASÍ, ESOS SABIOS VIERON QUE EN EL MUNDO HABÍA UN ORDEN, UN PRÓPOSITO, Y QUE TODO LO CONTINGENTE ES CAUSADO. Y ESTO LLEVABA A ALGO MISTERIOSO: DEBÍA HABER ALGO QUE TENÍA QUE “SER”. PERO NO SE LES OCURRIÓ QUE ESE “ALGO” PODÍA SER “ALGUIEN”.
LA MAYORÍA DE LOS HOMBRES ELIGIERON OTROS CAMINOS, Y COMENZARON A ADORARSE A SÍ MISMOS, A SU RAZÓN, A LOS ASTROS, A LOS ANIMALES, A LA NATURALEZA, A LA MAGIA, A LOS DEMONIOS (OFRECIENDO SACRIFICIOS HUMANOS A ESOS DIOSES SANGUINARIOS); OTROS EN SU ESCEPTICISMO, NEGARON LA VIDA Y LA NADA PENETRO EN SUS CORAZONES. ALGUNOS DE LOS LLAMADOS ESTOICOS SE DESHUMANIZARON.
Y ASÍ ANDABA EL MUNDO, HASTA QUE ALGUNOS EMPEZARON A DECIR QUE ESE “SER” EXTRAÑO, ESE LOGOS, EL VERBO; SE HABÍA HECHO HOMBRE Y HABÍA ANDADO POR ESTE MUNDO, ENTRE NOSOTROS, SIMPLES MORTALES, HACÍENDO MILAGROS. Y QUE SE HABÍA DEJADO MATAR POR AMOR A LOS HOMBRES.
ESOS DEMENTES FUERON PERSEGUIDOS, SE LES EXIGIO QUE SE ARRODILLARAN ANTE LA CIVITAS MUNDI, QUE ADORARAN AL CÉSAR DE LA MISMA MANERA QUE LO HACÍAN CON CRISTO.
SE NEGARÓN.
Y ALGUNOS SE SIGUEN NEGANDO HASTA EL DÍA DE HOY, MIENTRAS FESTEJAN DESDE HACE MÁS DE DOS MILENIOS EL DÍA EN EL QUE EL QUE TIENE QUE “SER” ELIGIO VENIR Y VENCER AL MUNDO.
“Porque para nosotros la lucha no es contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los poderes mundanales de las tinieblas de este siglo...” Ef. San Pablo
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